Bajo una tenue luz entre paredes
negras, la Casa del Lector se convierte
por un momento en la Villa de los Papiros,
la única biblioteca de la Antigüedad clásica que ha llegado a nuestros
días. Se descubrió en el siglo XVIII en las ruinas de una casa romana de
Herculano tras la erupción volcánica que la sepultó, conservando así esta
magnífica colección.
La Villa de los Papiros, foto extraída de hoyesarte |
La reconstrucción virtual que se
ha realizado te hace retroceder en el tiempo y sentirte parte de ello. Es
curioso que a través de las nuevas tecnologías se quiera volver al pasado o se
traiga parte de la historia al presente. Desde la relectura científica con el trabajo del padre escolapio Antonio
Piaggio, el cual creó su célebre máquina para desenrollar los frágiles papiros
carbonizados que se habían encontrado en la
Villa, hasta la actualidad con las nuevas técnicas de vídeo e imagen se
pueden rescatar perlas que nos enseñan la evolución en las técnicas de la
lectura y forma de vida.
La exposición nos muestra cómo se
leía hace tanto tiempo, conocemos el método para leer un rollo de papiro: se
sostenía con la mano derecha y se desenrollaba con la izquierda, creando la página
de texto a medida que se leía en una pantalla (similar a lo que hacemos actualmente). “Nuestras lecturas, como nos enseña esta
magistral exposición dependen no solo del contenido sino también de la forma,
del contexto, de la grafía, del material al cual la escritura es confiada. Las esplendidas
imágenes rescatadas de Herculano y las otras ciudades
sepultadas nos muestran a lectores romanos sosteniendo sus rollos de papiro y
cómo esos rollos eran guardados en cajas con forma de sombrereros o apilados en
estanterías con los títulos en etiquetas colgadas (…) Con los iPods hemos vuelto al formato de la tablilla mesopotámica, con
Windows al método fraccionario de los rollos. No es imposible que nuevas tecnologías,
aún por inventar, rescaten de nuestro pasado otras técnicas que creíamos
olvidadas. Al fin y al cabo, como sabían los epicúreos, la originalidad es solo una ilusión de nuestra vanidad” (Alberto
Manguel, El País BABELIA 09.11.13)
Esto me hace acordarme de la
frase tan repetida: todo en este mundo
está inventado. Como argumenta Alberto Manguel: “muchos textos salvados electrónicamente en los años setenta no pueden ser leídos por nuestros instrumentos
más avanzados, en cambio el leve papiro, de cuya fragilidad se quejaban sus
primeros lectores, milagrosamente perdura”. Perdura y está a nuestro
alcance, podemos admirar obras cuya antigüedad creo que no somos capaces de darnos
cuenta de la verdadera importancia, del valor, que tiene. El recorrido finaliza con una exposición
bibliográfica de la obra Le antichità di Ercolano esposte (1757-1792)
de Carlos III en Nápoles, que hizo posible el estilo neoclásico en toda Europa
de las excavaciones hasta el año 1800 a través de las obras de los viajeros del
Grand Tour, incluidos algunos españoles.
Al fin y al cabo es parte de nuestro
pasado, de nuestra cultura, todas esas técnicas son tecnologías para la difusión de la cultura, las de ahora y las de
antes puesto que van en evolución.
"A la Casa del Lector hay que buscarle sus
orígenes, su familia, así se ha encontrado a ese familiar lejano en la historia
con el que compararle, al compartir la idea y el espíritu de saber y de conocimiento
que tenía esta Villa" César Antonio Molina (Director de la Casa del
Lector)
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