Haciendo repaso de textos que tenía guardados he descubierto este del año pasado cuando leí "Las confesiones de un pequeño filósofo" y quería compartirlo con vosotros aunque seguro que ya lo conocíais. Es parte de la cultura española.
Para los que no, disfrutadlo:
Vosotros entráis en un vagón del ferrocarril u os sentáis junto al mar en un balneario; después vais mirado las personas que están junto a vosotros. He aquí una mujer rubia, vestida de negro, en quien vosotros no habéis reparado al sentaros. Examinádla bien posad los ojos en su pelo, en su busto, en su boca, en su barbilla redondeada y fina. Y ved cómo vías descubriendo en ella secretas perfecciones, cómo va brotando en vosotros una simpatía recia e indestructible hacia esa desconocida que se ha aparecido momentáneamente en vuestra vida.
Y será solo un minuto; esta mujer se marchará; quedará en vuestra alma como un tenue reguero de luz y de bondad; sentiréis como una indefinible angustia cuando la veáis alejarse para siempre... ¿Por qué? ¿Qué afinidad había entre esta mujer y vosotros? ¿Cómo vais a razonar vuestra tristeza? No lo sabemos; pero presentimos, vagamente como si bordeáramos un mundo desconocido, que esta mujer tiene algo que no acertamos a explicar, y que al marcharse se ha llevado algo que nos pertenece y que no volveremos a encontrar jamás.
Yo he sentido muchas veces estas tristezas indefinibles era muchacho;en los veranos iba frecuentemente a la capital de la provincia y me sentaba largas horas en los balnearios, junto al mar. Y yo veía entonces, y he visto luego, alguna de estas mujeres misteriosas, sugestionadoras, que, como el mar azul que se ensancha ante mi vista, ne hacía pensar en lo Infinito."
"LAS CONFESIONES DE UN PEQUEÑO FILÓSOFO" AZORÍN.
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