miércoles, 30 de octubre de 2013


Han transcurrido 300 años desde que se fundara la Institución encargada de recoger los cambios que experimenta la lengua española, la RAE (Real Academia Española)

Entre 1726 y 1739 se publica el primer repertorio lexicográfico el Diccionario de la lengua castellana el Diccionario de autoridades; esta obra se construye pensando que una lengua necesita una base culta reflejada en el uso de los mejores escritores. A través de la palabra, la lengua, se construyen las civilizaciones, es el medio mediante el cual las personas se comunican. La palabra es la base de la literatura y ésta constituye uno de los pilares principales que conforman la cultura de una sociedad; la literatura se construye con palabras y "La palabra, el habla, el lenguaje, han tenido en el principio de casi todas las civilizaciones un origen mágico, un poder divino - en el principio fue el verbo- que permite la existencia del mundo para los humanos, su comprensión , la denominación de las cosas". 

"El español es una lengua moderna no solo porque la hablemos varios cientos de millones de personas en el mundo, este factor cuantitativo es importante pero no único sino por que, a lo largo de su historia, ha ido evolucionando y adecuándose a las nuevas circunstancias históricas, culturales y sociales, de modo que nunca quedó desfasada con la actualidad de una vida que cambia sin cesar en función del avance del conocimiento científico, la evolución de las costumbres, las creencias, los paradigmas éticos y estéticos y de su cotejo con las otras lenguas representativas de la modernidad" (Mario Vargas Llosa) y la RAE es la encargada de proteger la lengua española.



La Biblioteca Nacional rinde homenaje a esta Institución con una exposición gratuita del 27 de septiembre al 26 de enero de 2014. La Academia de Publicidad también ha querido rendir su particular homenaje con este vídeo (pincha aquí)

"En la vida de los humanos es la lengua y no la acción la que conduce todo" (Ulises de Sófocles Filoctetes)
                    

martes, 29 de octubre de 2013


Hablamos de ella, esa chica corriente con ganas de comerse el mundo. Apasionada en cada cosa que hace, risueña e ilusa. Le define su carácter, un tanto agridulce, y esa forma de entregarse al mundo. La picaresca que esconde y ese genio tan "cochino". Fiel a sí misma y sus ideales. Directa y sincera consigo misma. Con las metas y objetivos muy claros. Una vez le dijeron: "tienes el don de hacer feliz a la gente" y es la frase más bonita que ha escuchado, porque salió del corazón y demuestra todo lo que pueden ver en ella, esa frase recoge muchas virtudes. De las que considera que todo pasa por algo ("será como tenga que ser, porque es como suele ser. De hecho casi siempre es así")


Feliz ante todo







Una frase:Solo se ve b
ien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos ('El Principito'

miércoles, 23 de octubre de 2013

Una encuesta realizada a cien personas arroja estos datos sobre el consumo cultural:
  1. Más del 50% realiza un consumo moderado (normal) de productos culturales
  2. El 85% lo hace a través de Internet
  3. El cine y la música son los productos más consumidos
  4. Se invierte entre 10 y 30 euros mensuales en cultura
Cabe destacar que cine e Internet van de la mano a la cabeza del ranking. Sin embargo el gasto realizado es mínimo proporcionalmente a la asiduidad con la que se acude a las salas para disfrutar de la oferta cinematográfica (48% poco y solo un 2% han respondido que van mucho). Estos datos dejan abierto el debate sobre la piratería en la red, justificada por muchos en el dato del 21% de IVA.

Según los datos la música es el tipo de cultura imprescindible para la mayoría. El arte de las musas (del griegoμουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē]) supone un consumo del 83%. Escuchar música es una forma de evadirse y relajarse. Éste es otro producto muy azotado por la piratería y los autores buscan la forma de adaptarse ante el cambio de soporte de consumo. Diversas aplicaciones han frenado la caída de ventas de álbumes de la mayoría de artistas.

Y tú, ¿qué y cómo consumes la cultura? 


martes, 22 de octubre de 2013

Tom Wolfe: “No me gusta la blogosfera. Los periodistas jóvenes no salen a la calle. Es algo que no me entra en la cabeza”

 
Nacido en Richmond, Virginia,  y criado en el seno de una familia presbiteriana, Tom Wolfe se convirtió en los 70 en uno de los reporteros que revolucionó la profesión. Considerado uno de los gurús del nuevo
periodismo publica su última novela “Bloody Miami” retratando a la ciudad como un paraíso de vicio, dinero y poder. Su obra más destacada, “La hoguera de las vanidades”, le ha convertido en uno de los representantes de la contracultura.


Tom Wolfe, a los 82 años, está dispuesto a alzar la voz para hablar sobre política, periodismo e inmigración.  Dice lo que piensa y escribe lo que ve a través de su método: “Mi método siempre es el mismo: intentar encontrar una persona que ejerza de lazarillo y me ayude a conocer la ciudad”.

Graduado por la Universidad de Yale, comenzó su carrera profesional escribiendo en Springfield Union y más tarde en The Washington Post,  New York Herald y Enquirer. Ser corresponsal del  Whasington Post en La Habana le sirvió de trampolín para llegar a Nueva York  movido por el deseo de descubrir nuevas historias y más mundo: “Yo siempre quise venir a Nueva York.  Entre otras cosas porque aquí sí que había competencia.  El mundo está lleno de cosas salvajes que contar. Pero contarlas requiere hablar con sus protagonistas,  no basta con escribir de oídas”.

No le gusta la blogosfera y considera que el trabajo de muchos columnistas hoy en día es insoportable y no representa la esencia del periodismo.

Defensor de la no ficción cree que es mucho mejor escribir sobre la realidad que nos rodea ya que de por sí es estrambótica y ni siquiera hay que inventarla. Salir a la calle y hablar con la gente es su máxima para llegar a ser un buen reportero. “Uno tiene que asumir que no sabe lo que pasa en ninguna parte. Me encanta que me sorprenda la realidad”. Se identifica, así, con el joven reportero protagonista de su nuevo libro: “Lo mejor para un reportero es actuar como si fuera un tipo recién llegado de Marte”.  


Así es como, Tom Wolfe, el dandi de traje blanco vuelve a la novela sin perder el olfato periodístico  y la curiosidad adentrándose en “la única ciudad del mundo donde una comunidad de inmigrantes que habla otro idioma se ha hecho con el control de todos los resortes a través de las urnas y en una sola generación”.